A la 1 de la tarde ya estaban listas para salir a bailar. Es su tercer día de Carnaval y están con las energías intactas, pese a que todas superan los 60 años.

Su vestuario hace alusión al nombre del grupo, Los Girasoles, un colectivo que lleva 16 años gozándose el Carnaval de Barranquilla, sin descanso y con la misma alegría de siempre.

Sus movimientos de caderas están intactos y el público las aplaude permanentemente, algo que les da más energías para seguir bailando al más alto nivel.

La fundadora del grupo, Paulina Esperanza Ferrer, te recibe con una sonrisa de oreja a oreja y un sabor que brota vida de su piel.

Ya están acostumbradas al sol de la Vía 40 y el calor del Cumbiódromo. Participan en la Batalla de Flores y la Gran Parada de Fantasía. "Y a donde nos llamen", expresa entre risas la mujer de 84 años.

Confesó que se siente entera físicamente y que no sufre ningún dolor cuando llega a su casa, después de bailar fandango, de principio a fin, en la Vía 40 y a pleno sol.

"Para mí el Carnaval es alegría y entusiasmo para demostrarle a las personas y la juventud que si podemos participar y bailar", afirmó Paulina.

"Gracias a Dios ninguna se desmaya", agregó la mujer a este medio.

Sus dos hijos y sus cinco nietos le piden que no siga viniendo a bailar en el Carnaval, pero su perseverancia y amor a la fiesta, es más fuerte que todos ellos.

"Hasta que el cuerpo diga basta, yo sigo bailando en el Carnaval. Gracias a Dios no me ha dado nada, ni sufro de nada. Estoy entera", señaló.

"Estos girasoles viven fresco. Nunca se marchitan", agregó la mujer, que ha ganado junto a sus compañeras, tres Congos de Oro en el Carnaval de Barranquilla.

Estas mujeres cautivaron a los espectadores. Sin duda alguna, generan admiración y le piden a Dios que siga "regando estas flores" para que no se sequen.

La fortaleza que tienen es inquebrantable. Así lo demuestra Margarita Rengifo, una caleña que llegó a Barranquilla porque a su hija le hicieron un traslado en el trabajo.

Llegó al grupo de Los Girasoles por una recomendación de una amiga. Lleva el baile en la sangre y cumplió un sueño al venir a Barranquilla.

Su corazón perdió fuerzas el año anterior, pero su perseverancia le dio la tenacidad necesaria para asistir al Carnaval, este año.

"Me operaron del corazón hace cinco meses. Me colocaron un implante y aquí estoy bailando. Me siento muy bien", aseguró la mujer.

"Tengo un corazón nuevo y lo estoy estrenando", expresó entre risas la mujer de 68 años.

Al igual que sus compañeras, Margarita seguirá bailando hasta que su organismo deje de funcionar.

Toda la Vía 40 aplaudió a Los Girasoles, que se volvieron a gozar este Carnaval, como si fuera el primero y sin fecha para marchitarse.